Barbie Gaza. Una fresca de nuestro tiempo

Hay ciertas similitudes inquietantes entre Begoña Gómez y Barbie Gaza. Y no me refiero a la melena rubia con matices ceniza ni a los pómulos prominentes más propios de una veinteañera que de la noche ochentera que ambas compartieron. Como Ana Alcalde, Hanan para los amigos, Begoña tiene un descaro natural que le permite pasearse por una premier luciendo palmito o ausentarse de otra sala, bien distinta a la de un cine, para escuchar su procesamiento por cinco delitos.

Barbie Gaza deja atrás su casa, a sus seis hijos y a su marido para embarcarse en la “flotilla” y hacer acto de presencia en los platós de las televisiones que se la rifan como si fuese la muñequita más preciada de feria. Cualquiera pensaría que su deseo más anhelado era presentarse en Gaza para empoderar a las pobres mujeres gazatíes víctimas del terror de Hamas. ¡No! Me iría pero me para un poco que tengo una hija de 11 años, le reconoce a Quico Alsedo en una entrevista para El Mundo.

Como hizo Pedro con Begoña cuando pidió a Juan José Güemes que la fichara para el IE, Amín, policía ceutí marido de Hanan, se encarga de negociar su caché con las televisiones. Garantizado el espectáculo, y la pasta, me hago la madre de todas las preguntas: ¿qué fue primero; barbie Gaza, la cadena de televisión o el programa? Dice Joaquín Manso, argumentando el interés por el personaje, que Hanan es un fresco de nuestro tiempo. Yo creo que, como Begoña, barbie Gaza es una fresca de la época que nos ha tocado vivir.