Melody y el perro de Sánchez



Cuenta Melody, artista de los pies a la cabeza, orgullo de España y los españoles, que cuando Pedro Sánchez la recibió en Moncloa, el presidente le dijo que disfrutara de la experiencia eurovisiva al máximo. Deseando a la artista suerte, la cantante abandonó la sede de la presidencia orgullosa de poder unir al país entorno a su canción, Esa Diva . Lo que no sabía Melody es que el presidente le  tenía preparada la mejor de las experiencias posible: una represalia de las que no se olvidan al saltarse Radio Televisión Española, por orden expresa de Sánchez, todas las normas de neutralidad y juego limpio que exige el concurso.
 
En las horas previas al inicio del festival, el Ente que nos avergüenza  con su desvergüenza,  lanzaba el siguiente mensaje:


Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina. 

El mensaje venía a reforzar el comentario previo de los presentadores españoles de la gala, Toni Aguilar y Julia Varela que durante la segunda semifinal comentaron que los 50.000 muertos en Gaza deberían provocar en la organización  un replanteamiento de la participación de Israel. Dicho y hecho. La cantante israelí, Yuval Raphael, quedó en segundo puesto y,  estuvo a punto de vencer a Austria. Los 12 puntos del público español fueron para ella, demostrando, una vez más a Sánchez, que España y los españoles están muy por encima de su antisemitismo radical.

La España de Sánchez se ha vuelto un país antipático y radical hacia el exterior. El mal gusto de unos presentadores que recalcan un genocidio en Gaza queda en evidencia cuando guardan silencio ante la historia de Yuval, superviviente de la matanza del Nova Festival donde cerca de 400 jóvenes,  la mayoría mujeres, fueron asesinados, violados, mutilados y quemados. Por supuesto, ni una palabra de las decenas de rehenes que quedan por liberar. 

Sánchez es un cínico con aspiraciones, un ególatra sin remedio, un sádico disfrazado de estadista que utiliza para el mal aquello que sólo puede hacer el bien. Y Melody es un ejemplo. Mi duda es, si a Sánchez le pudo más su odio a la kipá o al sombrero cordobés, su odio a Israel o su hostilidad a todo lo que sepa, huela y se identifique con esta España nuestra. 


Comentarios

  1. Lo de RTVE el sábado antes, durante y después del festival de Eurovisión fue un escándalo al que Melody respondió con maestría y elegancia el domingo pasando de viajar de vuelta a España con la delegación oficial del ente público y yéndose por su cuenta a Sevilla para estar con su familia. Bravo por Melody, una DIVA con mayúsculas.

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