Pedro Sánchez: Final de Etapa

 

En la crono fin de vuelta de Pedro Sánchez estamos asistiendo a la etapa más cínica, cruel y peligrosa del sanchismo. Como nos recuerdan  aquellos que sufrieron en sus carnes  regímenes autoritarios, aquellos que sin perder el tino y el tono nos anuncian  que vienen del futuro, los autócratas, dictadores y dictadorzuelos endurecen sus métodos cuando dan los últimos coletazos. 

Sánchez está acorralado. Y él lo sabe. 

Como un escapista encadenado y encerrado, el presiente del Gobierno trata de zafarse de sus cien candados del único modo que cree poder hacerlo: provocando una ruptura total. A Sánchez le conviene un estallido social que haga irrespirable el ambiente, y si el foco está puesto en Madrid, mejor aún. 

Lo que el presidente no consiguió con Franco se lo ha servido Hamas.

El problema surge cuando la amenaza es real y el estallido de violencia no se controla. Sucedió en Cataluña, con los CDR, y en País Vasco, con la nada inofensiva kaleborroka, criadero de asesinos de la ETA, y hoy inspiradora de los borroka-palestinos. 

Desconozco si Sánchez busca un  Charlie Kirk, lo que es un hecho es que España ya no se contiene.