Las ministras AliExpress

Todavía recuerdo, con cierto asombro, las palabras de  Manuela Carmena, ex alcaldesa de Madrid, reclamando empatía con el criminal. Ilustre octogenaria, feminista con galones, Carmena pedía la humanización de las cárceles. Estos días  he vuelto a pensar en aquello, dispuestos a ser empáticos; ¿acaso no hay mayor empatía con el violador y el asesino que su puesta en libertad?

Irene Montero y Ana Redondo serán recordadas  como las peores ministras de Igualdad de la Democracia. Han legislado y gestionado contra la Mujer pero, aparte de su incompetencia manifiesta, tengo serias dudas del verdadero fin de sus actos. 

 

Desde pequeña me enseñaron en casa que las mujeres no hemos venido a este mundo a sufrir, mucho menos a soportar imposiciones del sexo contrario. Soy generación EGB, hija de los ‘80,  me he educado entre hermanos, mi entorno estudio en la universidad y, a pesar de ello, he visto con mis propios ojos como no una, varias de mis amigas, caían en el embrujo redentor y acababan, sin remedio, emparejadas con verdaderos monstruos a los que querían salvar.

Quizá ese sea el mal que aqueja a las ministras AliExpress. Quizá piensen que  empatizando con el violador y asesino, éste será redimido. Quizá el problema viene de fábrica con ellas; quizá el peligro sean ellas.